Les presentamos una serie de consejos para evitar el olor de pies. Es importante explicar primero las causas del olor de pies para luego poder entender sus remedios, dado que el olor de pies no sucede aleatoriamente, sino que es debido a una combinación de factores intrínsecos y extrínsecos que unidos entre sí pueden llegar a provocar esta situación tan incómoda. Dentro de los intrínsecos tenemos las causas hormonales y metabólicas del propio sujeto, factores que pueden inducir al aumento de sudoración de su pie. Así mismo, puede que el sujeto tenga también un excesivo crecimiento de la flora saprófita bacteriana de su piel. Si a esto le sumamos los factores extrínsecos como la poca higiene o la poca ventilación, pues el caldo de cultivo está servido.
Por ello es importante seguir los siguientes consejos, que tan sólo irán orientados al control de los factores extrínsecos (que son aquellos que dependen de la voluntad de la persona), pues si las causas son solamente intrínsecas (metabólico-endrocrinas), habría que tomar medidas de carácter farmacológico o incluso quirúrgico.
Los consejos son:
1. Lavar los pies
Antes de empezar el día y calzarnos y cuando lleguemos a casa después de la jornada laboral. Ello mejorará el equilibrio de nuestra flora saprófita bacteriana, no dejando que proliferen más unos gérmenes frente a otros
2. Airear los pies
Si nuestra jornada laboral es muy larga e intensa, hay que procurar poder quitarse los zapatos y los calcetines durante unos minutos en un lugar aireado, incluso procediendo a cambiarnos de calcetín.
3. Cuidar la dieta rica en picantes
Aunque aún no se tienen muchas evidencias científicas sobre ello, puede que una alimentación rica en productos picantes influya en la secreción de mayor cantidad de sudor por los poros de la piel, promoviendo así la humedad de los mismos y por tanto, de mal olor.
4. Consultar con un especialista
Cuando a pesar de estas precauciones, se sigue teniendo mal olor de pies, es que la causa está relacionada con los factores intrínsecos anteriormente comentados, y la farmacología dirigida hacia la disminución de la hiperhidrosis (exceso de sudoración) o la cirugía (con simpatectomías nerviosas que disminuyan la orden de secretar sudor) son opciones a tener en cuenta.