Ya seas de esos que solo fuman “cuando salgo de fiesta” o de aquellos que se meten uno o dos paquetes al día entre pecho y espalda, dejar de fumar es tremendamente difícil. Todos sabemos que es adictivo y que probablemente algún día tendremos que dejarlo. Pero del dicho al hecho, hay un trecho. Estos son algunos consejos para dejar de fumar:
1. Establece un motivo
Está claro que quieres dejar de fumar porque es prejudicial, pero quizá haya otras razones. Pregúntate a ti mismo por qué deberías dejar de fumar y qué te motiva a hacerlo y recuérdatelo cada vez que flaquees. Por ejemplo, muchas parejas que están esperando a un hijo, dejan de fumar por ese motivo.
2. Separa fumar de otros hábitos
Mucha gente empieza dejando de fumar por un tiempo –unas semanas, un año…- durante momentos en los que era habitual hacerlo. Es decir, si compaginas otros hábitos con fumar, puedes empezar por ahí a desengancharte. Por ejemplo, dejar de fumar nada más despertarte, cuando conduces para ir al curro –ojo no te multen-, cuando tomas café, cuando haces un descanso en la oficina…Esto te ayudará a ir acostumbrando a tu cuerpo y tu mente.
3. Cuando lo dejes: déjalo
Hayas hecho lo anterior, o no, esta regla parece tonta pero no lo es. Cuando dejes de fumar, déjalo. Deshazte de tus mecheros y ceniceros, ponte gafas de sol cuando pases cerca por el estanco y nunca, nunca, te acerques a alguien que esté fumando en un bar o una terraza. Esto es como dejarlo con una pareja, hay que pasar una serie de grados de separación y es mejor cortar de una vez por todas que estar tonteando durante años.
4. Cuéntaselo a la gente
Cuéntaselo a todos. Cuanta más gente lo sepa, mejor. Así, la presión social para no dejarlo, para no ser un fracasado, será mucho mayor. Y, además, tus amigos y familia te pueden ayudar mucho en el proceso, si se lo toman en serio. Y te aguantarán mejor cuando te den accesos de ira, o rabietas de niño.
5. Haz una vida más sana
Suele ser recomendable intentar compaginar el duro proceso de dejar de fumar con otros cambios de estilo de vida. Salir más a correr, ir al gimnasio, practicar un deporte, beber mucha agua…Todo ayuda a superar también los síntomas de dejar de fumar: irritabilidad, garganta seca, insomnio…
En definitiva, no existe un plan perfecto para dejar de fumar. Siempre puedes hablar con tu médico de cabecera o acudir a un centro en el que ayuden en el proceso, pero lo más importante es que lo tengas claro: o dejas de fumar, o dejas de fumar.