La alopecia afecta a un gran número de la población. De hecho, más de la mitad de los hombres mayores de 50 años presentan signos de calvicie. Pero la caída del cabello no es solo un problema masculino; cada vez son más las mujeres que la padecen por diversas causas.
Nuestro cabello es una parte de nuestra identidad que desarrollamos desde la infancia. En cierta medida, su color, grosor y cualidades nos caracterizan. Incluso podemos identificarnos con tendencias, épocas, modas o agrupaciones sociales por nuestros cortes de pelo y peinados. Por ello, la caída del cabello puede tener un fuerte impacto psicológico en quienes la padecen.
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El impacto emocional de la alopecia
La pérdida de cabello tiene un impacto emocional importante. Quienes padecen alopecia suelen experimentar una pérdida de confianza y autoestima. Una de las explicaciones es que la calvicie se considera socialmente como un signo de vejez. Algunas personas intentan negarlo en las primeras fases. Sin embargo, el estado de ánimo del paciente se ve afectado por la alopecia, y puede generar también:
- Depresión
- Ansiedad
- Inseguridad
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Cómo afecta psicológicamente la alopecia en los hombres
Los primeros signos de alopecia suelen desarrollarse entre los 20 y los 30 años, y son causados por factores hormonales y genéticos en la mayoría de los casos. Este es el momento en que los hombres jóvenes son más vulnerables a un cambio de imagen repentino e inesperado. Esto se debe principalmente a que cuando se les empieza a caer el pelo, no se reconocen ni se identifican en la imagen que ven en el espejo.
Cuando la alopecia se desarrolla en la adolescencia, suelen producirse cambios emocionales que pueden influir en las relaciones sociales del individuo, presentándose como inseguridad o timidez.
Aceptar los cambios físicos que nos impone la naturaleza, por otra parte, puede ser más difícil de lo que parece, sobre todo cuando se producen rápidamente y no tenemos tiempo para gestionarlos emocionalmente o prepararnos para ellos.
Los hombres adultos, por su parte, no son ajenos a la angustia que puede generar esta situación, ya que la sensación de perder atractivo o de parecer viejos también puede minar su confianza. La baja autoestima, la preocupación o la inquietud por el propio aspecto se han observado en personas de todas las edades.
El impacto psicológico de la alopecia en las mujeres
La alopecia también afecta a las mujeres, y el número de ellas que la padecen va en aumento. En España afecta aproximadamente al 20% de la población. En algunas situaciones, se produce una gran pérdida de densidad capilar, y en otras, la calvicie se concentra especialmente en determinadas zonas del cuero cabelludo. Es fundamental recordar que la afección suele agravarse durante la menopausia.
En ambas circunstancias, ser testigo de la caída del cabello a un ritmo alarmante puede ser perturbador. En los casos más graves, los cambios de humor inducidos por la alopecia pueden llevar a la depresión.
Por desgracia, para muchas personas la calvicie es un tema tabú. En el caso de las mujeres, la mayoría de las que padecen alopecia prefieren no hablar de ello con su círculo de amigos y familiares. Esto hace que sea mucho más difícil de tratar.
Dado que la alopecia es menos frecuente en las mujeres, las personas que la padecen pueden sentirse más cohibidas o avergonzadas de lo que lo haría un hombre. Esto no debería ser así, y se anima a las mujeres a evitar el estigma de la calvicie y a buscar la ayuda de un experto si quieren afrontar el problema.
La sociedad ha asociado históricamente el cabello y la feminidad como un elemento imprescindible para las mujeres. A causa de ello, es difícil romper con todos los prejuicios sociales que nos afectan implícitamente a todos en mayor o menor medida.