Es una creencia común que en la planta de los pies están reflejados todos los órganos del cuerpo y esta creencia no está del todo desencaminada, aunque tiene ciertos matices que especificar y es por ello que te invitamos a que descubras los secretos de las terminaciones nerviosas de tus pies.
No hay ningún dato clínico ni demostración diagnóstica por imagen que certifique la representatividad refleja de los órganos del cuerpo en el pie. Sin embargo, si que está demostrado que el área cerebral en la que derivan las terminaciones nerviosas del pie está muy cercana a la de los puntos erógenos del cuerpo. Es por ello que cuando nos masajeamos los pies sentimos cierta sensación placentera. De hecho, están descritos casos de personas en las que por alguna alteración anatómica o por algún traumatismo, se ha modificado la correcta difusión de la información sensitivo-motora del pie en el córtex cerebral y dichos sujetos podían experimentar orgasmos cuando pisaban.
Pero lejos de las creencias populares y curiosidades puntuales, la piel de la planta de los pies está provista de más receptores sensitivos y motores que la piel de otras partes del cuerpo. Antropológicamente tiene lógica, pues nuestros ancestros eran capaces de trepar y escalar por los árboles, y tenían en los pies una herramienta más para subsistir.
El estímulo de nuestra planta de los pies mediante masajes manuales puede mejorar la conducción nerviosa y fomentar así la actividad de dichas terminaciones nerviosas, que por la evolución, tenderemos a perder. Este estímulo favorecerá tanto el retorno como el flujo sanguíneo, y mantendrá en buen estado a nuestros mecanoreceptores, que son los sensores encargados de transmitir una información tan importante para nuestra biomecánica como la relativa al equilibrio y al movimiento. Los termorreceptores también se verán estimulados, hecho que nos garantiza una buena sensibilidad a los cambios de temperatura. De hecho, ya desde los romanos se sabía que por la planta de los pies se percibe el calor o el frío ambiental, y en así en los suelos de sus termas dejaban correr agua caliente para favorecer el alcance de la temperatura idónea para relajarse.