Pasa a menudo en las películas y has oído algunas leyendas, pero tú aún no lo has hecho: ligar en el gimnasio. Parece un lugar perfecto para conocer gente -como cualquier otro en el que coinciden personas jóvenes, atractivas y sudorosas-, pero hay una serie de reglas que deberías tener en cuenta si quieres pasar de la sala de musculación a una cita, o lo que surja. Estas son nuestras instrucciones para ligar en el gimnasio:
1. Lleva calcetines dignos. Preferiblemente blancos.
La más importante, en serio. Aunque te las quieras dar de business man, combinar calcetines ejecutivos con zapatillas de deporte estará algún día penado por ley. Pero como la sociedad siempre se mueve más rápido que la legislatura, por ahora es una regla implícita y una mujer no te lo va a pasar. Da igual lo guaperas que seas o la autoestima que muestres. Si solo sucede una vez, quizá te lo perdone. Pero no reincidas.
2. Prepara el terreno
El gimnasio no es una macro-discoteca. La gente no suele ir borracha y hay que hacer las cosas de forma más gradual. Por ejemplo, échale unas miraditas el martes –mejor a través del espejo, le da un rollo de secretismo-, el jueves siéntate en la máquina de al lado y el viernes intenta entablar algo de conversación.
3. Sé honesto contigo mismo
Has hecho todo lo anterior y da la impresión de que esa chica tiende a escapar de ti. Has notado que lleva un spray de pimienta en la mochila. Aborta la misión.
4. Sé positivo
Tampoco lances pesas contra tu propio tejado. Quizá ese spray de pimienta sea para cualquier hombre, menos tú. Partes de la hipótesis de que te la puedes ligar. Intenta encontrar pruebas que refuten esa hipótesis claramente, como quizá lo sea un spray de pimienta. Pero si no las encuentras, prosigue.
5. Sonríe
Muy importante. Seguro que en la misma sala en la que estéis habrá alguien más musculado que tú, alguien que sude menos y otro con los ojos más bonitos que tú, o lo que sea. Pero casi nadie sonríe en el gimnasio, todo son caras de sufrimiento. Así que aprovéchate de la situación y dale a la sonrisa.
6. Conversa sobre otros temas
Al principio, vuestras conversaciones se centrarán principalmente en temas como “Powerade o Gatorade”, “Cómo usar esta máquina” o “Diferencias entre este gimnasio y el anterior al que iba”. Tan pronto como veas que le haces un poco de gracia, cambia de tema. Si no, corres el peligro de convertirte en su entrenador personal gratuito. El tipo de pagafantismo más habitual en un gimnasio.
7. Salid del gimnasio
Es muy complicado que lleguéis a nada si siempre os encontráis en el mismo sitio. Igual que es preferible que no habléis solo del gimnasio, también es recomendable que consigáis veros en algún otro lugar. Aquí hay varios estilos: hay gente que intercambia mensajes en WhatsApp o Facebook; otros proponen ir a tomar algo después del gimnasio, o apuntarse a alguna actividad juntos. Escoge lo que mejor os venga a los dos, haz balance entre lo que más le pueda interesar a ella, lo romántico y lo que se te pueda dar bien a ti.
8. Si nada funciona, hazte monitor
Y es que son, sin duda, los que más ligan en el gimnasio. Te pagarán por hacer algo que ya de por sí te gusta y vas a conocer más tías que en toda tu vida. Si tienes otro trabajo y no quieres dejarlo, propón en el gimnasio dar clases de alguna actividad durante los fines de semana.
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