El sexo anal es uno de los grandes tabúes de la sociedad actual. Ya el sexo en cierto modo lo es, si bien se han roto muchas barreras en torno a él, pero en ningún caso ha ocurrido todavía esto con la práctica por vía anal. Hay mucha desinformación al respecto y además muchas afirmaciones falsas se han convertido en mentiras imparables.
Es verdad que el sexo anal produce satisfacción por su relación directa con el cerebro. Éste es clave en la estimulación del placer, y en el caso del sexo anal tiene mucha responsabilidad porque el placer que produce está directamente relacionado con la carga ética que tiene encima.
Esa sensación de que es sucio y prohibido es lo que lo hace placentero. Las ideas asociadas a la práctica son lo que lo hacen indispensable para aquellos que lo practican con gusto.
Sobre la práctica, hay una gran verdad: el sexo anal requiere ir despacio. El músculo debe dilatarse de forma natural y cuanto más calma se aplique al practicarlo mejor será la sensación de placer para la persona penetrada. Lubriquéis o no, id con calma.
La realidad es que por cada verdad en torno al sexo anal, hay varios mitos falsos. Uno de los más importantes es creer que es sucio. Sucia es la persona que lo hace sin limpieza, pero en sí misma la práctica no lo es porque ya existe mucha información veraz que te explica cómo aplicar técnicas de limpieza. Preocúpate por ello y será limpio y placentero.
Otro falso mito y además muy peligroso es creer que no hace falta usar preservativos para practicarlo. Aunque no hay riesgo de embarazada por una práctica así directamente, sí existe probabilidad muy alta de contagio de infecciones y enfermedades. Es tan importante usar preservativo como renovarlo si se alternan la penetración anal como la vaginal.
El sexo anal es una práctica muy común y gusta a muchos hombres y mujeres, ya que otro falso mito muy extendido es el de que la mujer no lo disfruta. Bien llevado a cabo, puede ser muy placentero. Eso sí, por supuesto no hay que sentirse presionado si uno de los dos implicados no quieres probarlo. La vida sexual de una persona no es ni más ni menos completa por practicarlo por mucho que ese bulo se extienda.
Hay que tener mano izquierda con este tema y no ser extremista. La naturalidad es clave. El sexo anal no es antinatural pese a lo que mucha gente cree; se sabe que incluso en la antigua Grecia era algo muy común. Es por tanto una práctica común que necesita el uso de preservativos y de algunas medidas de higiene, y que bien hecho, con calma, no provoca ningún problema físico; no dolerá y tampoco aparecerán hemorroides ni el ano se dilatará para siempre, como afirman otros dos falsos mitos sobre la materia.