Desde que las semillas de chía llegaron a nuestras vidas de golpe gracias a las redes sociales, el uso de todo tipo de semillas ha ido en aumento hasta el punto de que algunas de las cadenas supermercados más comunes e importantes de España las venden en una zona exclusiva dedicada a estos productos. Y no es de extrañar su descubrimiento como alimento excelente gracias a sus beneficios. Una de las mejores junto a las de chía son las lino, también conocidas como linaza.
Estas semillas son un aporte sobresaliente de fibra, lo que ayuda a combatir el estreñimiento, y de grasas Omega 3, que son las mejores que el ser humano puede ingerir. Además se las considera un superalimento porque el balance entre beneficios y perjuicios está claramente decantado en favor de los primeros. Las propiedades de las semillas de lino así lo demuestran, ya que el Omega 3 supone el 75% de las grasas que aporta por un 25% de Omega 6 y aunque parezca mentira contienen una variedad de minerales espectacular:
Yodo, hierro, zinc, magnesio, calcio, potasio, manganeso, silicio, cobre, níquel, fósforo y cromo, entre otros. Si esto te parece poco, debes saber que también aportan vitamina E y vitamina B. Y por último, son un alimento considerado digestivo porque las enzimas digestivas favorecen el tránsito intestinal, lo que también ayuda a controlar el colesterol.
Si a todo esto le añadimos que no engordan y que son muy polivalentes en la cocina, estamos sin duda alguna ante un producto de categoría, muy recomendable en cualquier dieta saludable. Dentro de los usos van genial tanto en platos salados como dulces. Por ejemplo, son el toque final perfecto para la masa de un bizcocho de calabaza o zanahoria, tan de moda ambos en repostería últimamente. Suelen venderse ya molidas pero si las compras enteras es conveniente que lo hagas tú en casa en un molinillo o herramienta similar que tengas en casa.
Otros usos ademaś de en bizcochos de las semillas de lino son por ejemplo como aporte extra a un batido o smoothie. Bastará con una cucharada y apenas alterará el sabor a cambio de introducir todos los beneficios de las semillas. También está espectacular con yogurt y alguna fruta, o como parte de la granola casera.
En cuanto a sus usos salados, destaca su aporte crujiente a las ensaladas y los sándwiches, pero también va genial en tortillas e incluso en platos de carnes maceradas como una lasaña.
En definitiva, son un ingrediente fabuloso desde el punto de vista saludable que encima puede encajar en todo tipo de platos, con mayor o menor protagonismo dependiendo de si te gusta su sabor más o menos.
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