Cuando una persona entra por primera vez en un gimnasio con ganas de muscular su cuerpo, suele pensar en los bíceps. Son uno de los músculos más vistosos de nuestra anatomía. En los que primero te fijas si ves a una persona que, dicho vulgarmente, “está cachas”. Pero este ansia de tener unos grandes brazos ha de atemperarse.
La musculación de bíceps debe mezclarse con la de los demás músculos, obviamente, y, además, hay que tener ciertas precauciones cuando nos pongamos a entrenar. Si lo hacemos en un gimnasio habrá un profesional que nos diseñe el camino a seguir. Si somos autodidactas, sigue estos consejos y preocúpate por hacer cada ejercicio bien. Si no vendrán las lesiones.
Bíceps y tríceps
Son dos de los músculos llamados pequeños. Y también son músculos antagonistas, es decir, el uno se opone a la acción del otro. Una buena opción es entrenarlos juntos en la misma sesión en la que hacemos, por ejemplo, abdomen.
Eso sí, si somos muy principiantes, la cosa cambia. Entonces es mejor hacerlos en días separados. Una buena rutina de entrenos para los que son poco duchos en la materia es hacer un día pecho y tríceps; otro espalda, bíceps y antebrazos, y otro hombros.
Sobreentrenamiento
Ese ansia de muscular nuestros brazos, puede hacernos caer en el sobreentrenamiento. Es mejor ir despacio y hacer bien las cosas. Por eso, si estamos empezando, bastará (más que de sobra) con hacer dos días a la semana de bíceps. Esto entrenando, por ejemplo, cuatro días. Si solo son tres reduciremos a uno.
Otro aspecto primordial es la carga. Comencemos con poco peso. Y también la posición y la ejecución. Si estamos en un gimnasio nos corregirán, pero si lo hacemos en casa, es imprescindible que antes de empezar hayamos consultado un buen número de páginas de Internet, libros o a algún amigo que sepa.
El ejercicio más habitual para fortalecer bíceps es el conocido como curl de bíceps; ya sea con barra, mancuerna, martillo y en diferentes posiciones.