La cerveza es una de las bebidas favoritas de mucha gente, entre ellos muchos deportistas que piensan que por su elevado nivel calórico deben eliminarla de su dieta. Sin embargo, muchos son los estudios y profesionales que coinciden en señalar la idoneidad de tomar una cerveza después de haber realizado una sesión de ejercicio físico moderado gracias a su capacidad de hidratación y sus efectos antioxidantes.
Estos efectos antioxidantes son los que el profesor de Fisiología del Ejercicio INEFC de Medicina de la Universidad de Barcelona Joan Ramón Barbany tiene en cuenta a la hora de afirmar que beber cerveza después de hacer deporte facilita la recuperación de los músculos con agujetas o que muestran síntomas de fatiga, es más, recomienda el consumo de forma moderada, eso sí, de cerveza, con o sin alcohol tras la actividad física.
El agua, la cebada y el lúpulo, componentes principales de la cerveza, y su bajo contenido en alcohol contrarrestan el proceso oxidativo de la fibra muscular que origina las agujetas y la fatiga muscular y favorecen la rehidratación de una forma más eficaz.
Una investigación realizada por la Universidad de Granada y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) revela que, además de agua, cebada y lúpulo, la cerveza contiene malta, proteínas y muchos micronutrientes importantes como el potasio, el fósforo, y las vitaminas del complejo B así como un bajo nivel de grasas y calorías, lo que convierte su consumo moderado en idóneo para la recuperación del metabolismo hormonal e inmunológico de los deportistas tras el ejercicio físico y contribuye a mantener niveles más altos de glucosa plasmática y atenuar las respuestas hormonales de estrés ya que las maltodextrinas se metabolizan lentamente liberando unidades de glucosa que pasan progresivamente a la sangre y dan lugar a concentraciones de glucosa en plasma menos elevadas y más extendidas.
Según la Fundación Española de Nutrición (FEN) el consumo moderado de esta bebida, tanto en su variedad tradicional como sin alcohol, tras realizar ejercicio físico en condiciones de elevada temperatura ambiental y abundante transpiración, puede permitir a recuperar las pérdidas hídricas en medidas similares al agua aunque como indica el doctor Manuel Castillo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, la cerveza es significativamente más efectiva para rehidratar el cuerpo ya que como está carbonatada y contiene azúcares y sal, hace que el estómago la absorba más rápido que el agua.
Por otro lado, el etanol, los electrolitos y minerales que contiene la cerveza conducen la electricidad en fluido y permiten que el agua se distribuya más rápidamente al organismo. Además, el etanol dilata los vasos sanguíneos pequeños debajo de la piel, provocando ruborización, lo que disipa el calor y baja la temperatura corporal más rápidamente que el agua.
Respecto a la idoneidad o no del alcohol en la cerveza hay variedad de opiniones por los efectos deshidratadores del alcohol y su alto contenido de calorías vacías pero todos coinciden que hay que fijarse en la graduación alcohólica ya que no todas las cervezas tienen la misma cantidad y recomiendan evitar las que contienen más de un 5% de alcohol por cada 100 miligramos.
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