El plátano es una de las frutas más sabrosas aunque le persigue una injustificada mala fama por su alto nivel de calorías, azúcar y carbohidratos, sin embargo el plátano es una excelente fuente de energía y salud. El plátano es una fruta originaria del sudeste de Asia que es cultivada en distintas zonas cálidas del planeta, como las islas Canarias sin tener que salir de España.
Para desmontar esa mala fama de que “engorda” sólo hay que decir que la cantidad de calorías ingeridas por pieza de fruta son similares entre el plátano (que pesa alrededor de 150 g. y aporta 150 calorías) y, por ejemplo, una manzana o naranja medianas (que pesan más de 250 g.) y, además tiene un poder saciante mucho más alto. Pero más allá de si engorda o deja de hacerlo, esta fruta tropical tiene muchas otras propiedades para el organismo que quedan solapadas bajo esa mala e injusta mala imagen. El 90% de las calorías que contiene provienen de los carbohidratos, azúcar o almidón, que varía dependiendo del estado de madurez de éste, según un estudio elaborado para OTR/Press. Los plátanos verdes tienen más almidón, y los plátanos amarillos tienen más azúcar. El plátano es rico en vitamina B6, vitamina C, potasio y manganeso y contiene una gran cantidad de antioxidantes y fibras.
Rica en proteínas, vitaminas (C y B6) y minerales esenciales (potasio y ácido fólico), el plátano es un alimento indispensable en cualquier dieta, incluidas las de diabetes y adelgazamiento por sus beneficios para la salud. Es, además, el complemento perfecto para personas con gran actividad física, como niños y deportistas ya que al contener fibra y azúcares naturales como la sacarosa, fructosa y glucosa, produce un aumento inmediato de la energía. Así, el plátano es un alimento para consumir después del ejercicio intenso ya que ayuda a recuperar los electrolitos perdidos con el sudor y previene los calambres musculares gracias al potasio. Además ofrece un aporte extra de energía y ayuda a mantenernos saciados cuando nos encontramos decaídos o cuando aparecen esas ganas irrefrenables de comer dulce.
Pero no sólo potencia la energía física sino también la energía cerebral. En 2013 una escuela de Twickenham, Inglaterra, realizó un estudio en el que participaron más de 200 estudiantes que tenían exámenes y observaron que los alumnos que habían tomado plátanos para desayunar, en el recreo y en la comida habían conseguido una mayor energía y concentración.
Como decíamos al principio, los plátanos poco maduros tienen grandes cantidades de dos tipos de fibra: pectina y almidón resistente, sustancias que llegan al intestino sin ser digeridas y allí funcionan como nutrientes prebióticos y alimento de la flora intestinal, que produce butirato, un ácido graso que mejora y mantiene una buena salud intestinal. Estos dos tipos de fibra, la pectina y almidón resistente, hacen que los plátanos poco maduros ayuden también a prevenir el cáncer de colon, disminuir el colesterol, el riesgo de diabetes y obesidad, así como la aparición de piedras en el riñón entre muchos otros beneficios. Según el artículo de OTR/Press, un plátano de mediano tamaño contiene cerca de 3 gramos de fibra, lo que ayuda a reducir los picos de insulina, disminuye el apetito, mengua el estreñimiento y colabora en el menor consumo de calorías, lo que automáticamente se traduce en reducción de peso.
El potasio encontrado en los plátanos es responsable de la protección del cuerpo sobre la aparición de enfermedades cardíacas. Se trata de un mineral importante en el control de la presión arterial, del que existen muchas investigaciones científicas que lo corroboran. Aparentemente, 4,7 gramos al día de potasios reducirán de 8% a 15% el riesgo de accidentes cerebrovasculares y de 6% a 11% el riesgo de infartos al miocardio.
Los alimentos ricos en hidratos de carbono contienen un alto índice glucémico, que causa picos de glucosa, y el plátano es uno de ellos, sin embargo hay que tener en cuenta que esto sólo es válido para los plátanos poco maduros, ya que los muy maduros tienen un índice glucémico alto.
Por otro lado, y según una encuesta llevada a cabo por la ONG de salud mental MIND entre personas que sufrían depresión, muchos de ellas se sintieron mejor después de comer un plátano. Esto es porque los plátanos contienen triptófano, un tipo de proteína que el cuerpo convierte en serotonina -un neurotransmisor que actúa a nivel cerebral-, que es conocida como la hormona de la felicidad por sus efectos relajantes que mejoran el estado de ánimo.
Pero más allá de los valores nutricionales de los plátanos, muchos estudios han demostrado que son muy eficientes para superar y prevenir muchas enfermedades y problemas de salud, ya que tienen algunas propiedades que desconocíamos, como su poder para tratar la resaca. Un sencillo batido de plátano es el remedio perfecto, de efecto casi inmediato, fácil de preparar y saludable ya que tiene un efecto calmante en el estómago, y combinado con un poco de miel, ayuda a restablecer el equilibrio de azúcar en la sangre, empobrecido tras el exceso de alcohol, y así se calma el estómago y se hidrata el organismo.
Pero no sólo la dulce pulpa del plátano aporta grandes beneficios al ser humano. También la piel puede convertirse en un importante aliado como alivio de las picaduras de mosquitos. Frotando con la parte interior de una cáscara de plátano directamente sobre la zona afectada bajará la hinchazón y la irritación.
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