Cómo la resaca arruina tu dieta

23-02-2018

Abres, a duras penas, un ojo. Al rato consigues mover el párpado del otro. Te llevas la mano a la frente como si de esa manera pudieras atemperar el terrible dolor de cabeza con el que amaneces a las 3 de la tarde. Mueves el cuello para un lado, una arcada. Ves la hora, ¡es tardísimo! Da igual, no puedes moverte. Continuas en la cama ansiando una milagrosa mejora. Poco a poco tu cuerpo despierta y, a la vez, también lo hace el apetito. Descartas, sin apenas esfuerzo, cumplir con el plan alimenticio. Una vez más, la resaca arruina tu dieta.

Porque no es solo que tengas mucha hambre, es que, normalmente, apetece ingerir alimentos no saludables: hamburguesas, bocadillos cargaditos de grasa, pizza, Coca Cola… Platos llenos de colesterol sobrevuelan tu mente y una fuerza inesperada te empuja hacia una posición vertical. Siguiente parada: la nevera. O el teléfono para hacer un pedido.

Pero, ¿por qué se tiene tanta hambre con resaca? Hay varias teorías. Probablemente, todas tengan razón. Repasaremos tres versiones que dan un motivo del porqué de esa voracidad, en definitiva, de por qué la resaca arruina tu dieta.

1. Falta de glucógeno

Una de las teorías se basa en que la ingesta de alcohol afecta al equilibrio de azúcar que hay en la sangre, por tanto, las reservas de glucógeno se agotan y, teniendo en cuenta que esta es la fuente de energía principal del cuerpo, hay que reponerla. El hecho de que, en la mayoría de los casos, se deseen cosas saladas, responde a la deshidratación provocada por el alcohol.

Cuánto apetece una hamburguesa cuando se tiene resaca (iStock)

2. Más sensible a aromas

La teoría creada por el Departamento de Medicina y Neurología de la Universidad de Indiana indica que cuando se bebe mucho alcohol el cerebro se hace más sensible a ciertos aromas, lo que provoca la sensación de necesitar engullir mucho más de lo que parecería necesitarse sin haber bebido.

3. Señales cerebrales

En la revista Nature Communications se publicó la última de las teorías a las que nos referiremos en este artículo. Esta argumenta que cuando se bebe alcohol se activan en el cerebro unas señalas que dicen al cuerpo que debe comer más. El estudio se hizo con ratones.