Un error muy común en muchas personas es creer que pueden sustituir el consumo de fruta entera por zumos de frutas cuando la realidad es que no es así. Un zumo natural no es lo mismo que tomar su zumo porque al exprimirla desechamos gran parte de la misma.
También es importante diferenciar entre zumo natural y smoothie, esa palabra anglófona adoptada que utilizamos para referirnos a los batidos de frutas en los que sí aprovechamos la totalidad de las piezas. El smoothie estaría por tanto a medio camino entre tomar la pieza entera y el zumo en la escala de lo más saludable, siempre y cuando no hagamos los batidos añadiendo lácteos enteros y otras grasas. Para que el smoothie mantenga ese lugar debe estar hecho con hielo y la fruta nada más.
Básicamente hay tres grandes motivos que hacen de la fruta entera un alimento un punto más sano que sus zumos: el azúcar, la fibra y la saciedad. Cuando se exprime una pieza de fruta, se deja fuera una gran parte de la pulpa y su pectina, lo cual genera un aumento en el índice glucémico. Esto se traduce en un exceso de azúcar en sangre si abusamos de los jugos y no tomamos apenas piezas íntegras.
Además, toda la fibra se deshecha también cuando utilizamos el exprimidor. Muchas vitaminas se encuentran en la pulpa y en algunas pieles comestibles de determinadas frutas como las manzanas. Tanto la fibra como las vitaminas ofrecen muchas virtudes al cuerpo humano que al no estar presentes en el zumo éste no puede dar. Se puede poner un ejemplo: la naranja. El zumo es un alimento sano con gran aporte de vitamina C pero la naranja entera le suma la fibra y los antioxidantes.
Por último, hay un tercer componente por el que la fruta entera es más sana: nos ayuda a saciarnos antes. Por un lado, el hecho de masticar siempre ayuda a llegar antes a esa sensación, por lo que el cerebro recibe antes la orden de parar de comer. Pero es que además, piensa en la cantidad de piezas de frutas que gastas cuando tomas un zumo y lo que tomarías en el mismo momento si te decantas por la pieza entera. Efectivamente la proporción es mínimo 3 a 1, lo que nos lleva de nuevo al punto del azúcar, ya que la concentración de la misma en un zumo se dispara también por este motivo.
Lo mejor por lo tanto es consumir la fruta entera, lo cual no quiere decir que sea malo consumir zumos naturales porque también son excelentes. Lo que siempre debemos evitar en la medida de lo posible son los zumos industriales que no sean 100% naturales.
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