El fenómeno del gluten solo es comparable al de la lactosa. Ambos protagonistas de guerras y debates alimenticios que están a punto de sustituir las conversaciones sobre política y fútbol de los bares. Y es que en los últimos tiempos uno de los mensajes sobre alimentación que más ha calado entre los ciudadanos es el de las ventajas que tiene hacer una dieta sin gluten por el simple hecho de que se ha descubierto que hay personas intolerantes sin llegar a ser celiacos.
El problema es que se ha llevado al extremo. De hecho, cada vez son más las personas que han decidido tomar la decisión sin consultar a ningún experto de quitarse esta proteína presente en cereales como el trigo, el centeno o la cebada. E incluso también está ocurriendo que se están preparando dietas sin gluten para determinadas personas sin ningún motivo ni necesidad.
La conclusión a la guerra está en el punto intermedio como casi siempre: si no hay intolerancia no hace falta eliminar el gluten de la dieta, pero, eso sí, tampoco es una temeridad ni nada peligroso como dicen algunos. Vamos a tratar de razonar la verdad sobre el gluten y las consecuencias de una dieta sin él.
Quitarse el gluten no tiene ningún beneficio demostrado en aquellas personas no intolerantes. Lo que ocurre es que el mensaje de positivismo generalizado entre los que deciden evitarlo ha calado profundamente en la sociedad cuando la realidad es que en la gran mayoría de los casos dichas mejoras se deben sencillamente a que al eliminar de su dieta muchos productos con gluten como la bollería o harinas refinadas, su alimentación es mucho más sana porque han tenido que volcarse en ingredientes más saludables como las frutas y las verduras.
Por lo tanto, está claro que no es necesario quitarse el gluten de una dieta salvo que seas intolerante no celiaco o celiaco, y que, en cambio, sí es recomendable quitarse alimentos procesados que lleven gluten pero no por esta proteína, sino porque son perjudiciales en sí mismos para la salud. Una vez aclarado esto, vamos a razonar el extremo opuesto, por qué no es peligrosa una alimentación sin gluten.
Muchas personas piensan que una dieta sin gluten se debe seguir consumiendo productos que tengan este sello. La ignorancia es amplia y esto es un problema grave porque existe entre una parte importante de la población un desconocimiento tan grande que no saben que las frutas y verduras, base de cualquier dieta saludable, están exentos de gluten. En otras ocasiones es el miedo el que lleva a personas intolerantes al gluten a alimentarse solamente de este tipo de productos que en bastantes ocasiones tienen composiciones nutricionales mucho menos beneficiosas que sus homólogos con gluten.
En cualquier caso, la mezcla de ambos conceptos, desconocimiento y miedo, son los que llevan a cometer errores graves para la salud en dietas sin gluten. Pero no es para nada peligroso seguir una dieta sin él siempre y cuando la base de la alimentación sea saludable, repleta de productos frescos no procesados como las propias frutas y verduras o los huevos.
Así que lo más conveniente si tenéis dudas es acudir a un experto, someterse a las pruebas necesarias para saber si sufrís algún tipo de intolerancia al gluten y después decidir si lo elimináis de vuestra dieta o no, sabiendo que no es necesario hacerlo si no sois intolerantes pero que tampoco es peligroso mientras mantengáis una alimentación a base de productos naturales y no procesados.