El estreñimiento puede convertirse en una verdadera tortura y arruinar las vacaciones de cualquiera. El cambio de hábitos, dieta y horarios a la hora de viajar es una amenaza real para todos, incluso para aquellos que tienen una salud digestiva normal y que mantiene una dieta saludable en los días de ocio. Hay muchos factores que afectan más o menos a nuestra rutina a la hora de ir al baño, tantos como diferencias entre nuestro hogar y el lugar de vacaciones: la temperatura, la humedad, las dietas exóticas, el agua que bebemos, el ritmo que llevemos, etc.
Para tener el estreñimiento bajo control, el doctor Sergio Suárez, especialista en aparato digestivo de la clínica médico estética BB&S Total Beauty, ofrece una serie de recomendaciones y consejos nutricionales que no supongan un problema a la hora de planificar un viaje y que están pensados para la mayoría de personas:
1. Tomar probióticos unos días antes y durante el viaje ocasional. Los probióticos son complementos alimenticios que se pueden llevar en cápsulas o comprimidos, por lo que no ocupan espacio en la maleta. Están compuestos por bacterias y levaduras beneficiosas para mantener regulada la flora intestinal.
2. Independientemente de la calidad del agua en dónde se esté, se recomienda beber agua mineral en abundancia, no del grifo, especialmente en climas que favorezcan la deshidratación o si se hacen esfuerzos físicos.
3. Tomar algún complemento de fibra que lleve plantago ovata. También conocida como llantén de la India, es una especie de planta herbácea original del sur de Asia, y se puede usar sin problemas durante temporadas prolongadas, no sólo para viajes ocasionales, sino también para problemas de estreñimiento crónico. Otra opción natural son los comprimidos o preparados con aloe, que también favorecen el tránsito intestinal.
4. Hay que intentar no demorar el momento en el que nuestro propio cuerpo nos pide ir al servicio, ya que eso sólo contribuye a agravar el estreñimiento.
5. Dedicar al menos un minuto por la mañana y otro por la noche en ir al baño e intentar realizar una deposición.
6. Las infusiones laxantes son poco recomendables ya que tienen un efecto difícil de controlar, y pueden producir incluso diarreas si no se está acostumbrado. En el caso de los viajes ocasionales es más recomendable optar por microenemas o supositorios de glicerina.
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