Oler la comida hace que engordes más

¿Y si dejar de oler la comida te ayudase a perder peso? (iStock)

¿Eres de los que disfruta oliendo la comida mientras la cocina? ¿De las que, antes de saborear el plato, degusta los alimentos con el olfato? ¿Sí? Pues si tu objetivo es perder esos kilos que sobran, va a ser misión imposible.

Todo se debe a un estudio publicado por la Universidad de Berkeley, en Estados Unidos. Investigadores han estudiado cómo influye este sentido a la hora de adelgazar y poder alcanzar tus objetivos de cara el verano.

El experimento realizado por la universidad norteamericana revela la relación entre el sentido del olfato y las funciones del cerebro relacionadas con el apetito y la activación del metabolismo humano. “Es un resultado totalmente innovador en el sector de la nutrición” afirma Celine Riera, que junto a Andrew Dillin, es la cabeza al mando de esta investigación.

Si ya te estás imaginando comiendo lentejas en casa de tu madre con la nariz tapada para no adelgazar, has ido demasiado lejos. El experimento aún no se ha realizado en humanos. Los expertos sometieron a una dieta hipercalórica a tres tipos de ratones: con superolfato, con el olfato mitigado y sin este sentido.

Después de varios meses de investigación vislumbraron que los que no poseían olfato tan solo incrementaron un 10% su peso inicial; mientras que los de este grupo que ya eran obesos, adelgazaron. En cambio, los que tenían superolfato doblaron su peso.

La pérdida del olfato puede llegar a provocar ataques cardíacos (Pexels)

Parece que el siguiente paso es mitigar o anular el olfato mientras se come pero podría tener grandes perjuicios en nuestra salud. Este sentido tiene una alta influencia en el comportamiento y estado de ánimo de las personas. Si se mitigase o eliminase, se produciría una descompensación de la hormona que controla el sistema nervioso, llegando incluso a provocar un ataque cardíaco.

"Eliminar el sentido del olfato humano sería el último paso a dar", dijo Dillin. Sin embargo, podría ser una opción a tener en cuenta para personas con obesidad que se están planteando una reducción de estómago o el balón gástrico. Eso sí, perderían el “gusto por la comida” y pondrían demasiado en riesgo su salud.

"Para utilizar el método en humanos los científicos tendrían que saber cuántas de las neuronas olfativas que se pueden destruir y con qué frecuencia. Queda mucho por investigar", sentencia Dillin.

Rodrigo Hernández Ballesteros: