Originaria del norte de África y La India, aunque crece en todo el mundo y en cualquier tipo de clima, la moringa es una planta poco conocida pero con múltiples usos medicinales y con importantes propiedades nutricionales, de hecho es el árbol más nutritivo en todo el planeta. En sus ramas crecen muchas hojas de color verde pálido y pequeñas flores blancas, además de sus frutos, que tienen un exquisito aroma.
Sus numerosos beneficios la convierten en un superalimento, tanto sus frutos como las semillas, las hojas, las raíces y las flores. El saber popular le otorga el poder de curar y prevenir hasta 300 enfermedades, incluidas la diabetes, los dolores de cabeza o el acné, aunque no hay estudios científicos que demuestren esta teoría.
- Las raíces:
Las raíces de la moringa tienen propiedades diuréticas y ayudan con problemas del sistema circulatorio. Además, gracias a unos compuestos que contienen ayudan a regular el aparato digestivo, previniendo la diarrea o el estreñimiento. - Las flores:
Las flores de moringa son ricas en antioxidantes y aminoácidos - Las semillas:
Las semillas de moringa, ricas en vitaminas A, B y C, tienen propiedades antibacteriales y tienen un alto contenido en Zinc, un mineral que ayuda a la correcta regulación de la glucosa en la sangre, lo que beneficia principalmente a las personas diabéticas. Los efectos antidiabéticos se ven potenciados por los isotiocianatos que contienen las hojas. Un estudio reveló que las mujeres que tomaron siete gramos de polvo de hoja de moringa diariamente durante tres meses redujeron su nivel de azúcar en la sangre en ayunas en un 13,5% y otras investigaciones aparte descubrieron que añadir 50 gramos de hojas de moringa a una comida había contribuido al aumento de azúcar en la sangre en un 21 por ciento entre los pacientes con diabetes.
- Las hojas
Las hojas de moringa tiene propiedades benéficas para el cuerpo humano debido a la cantidad de vitaminas, minerales, ácidos grasos y proteínas que esta posee así como sus antibacteriales, antivirales y antiinflamatorias. Además, las hojas, con alto contenido de calcio y hierro, se usan como equivalente de las espinacas, agrega la ICRAF. También contienen altas dosis de cistina y metonina, un tipo de aminoácidos, aminoácidos de relevante acción antioxidante y involucrados en el desarrollo de las uñas y el cabello. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, los productos derivados de la moringa tienen propiedades antibióticas, contra el tripanosoma y la hipotensión o tensión baja. Asimismo favorece la curación de los espasmos, las úlceras y las inflamaciones.
Las hojas de moringa también tiene propiedades que disminuyen el colesterol, y un estudio con animales encontró que sus efectos podían compararse a los del medicamento simvastatina, para reducir el colesterol. Otro estudio publicado en el Journal of Ethnopharmacology desvelaba que las investigaciones llevadas a cabo con conejos observados durante un periodo de tres meses demostraron que que los niveles de colesterol bajaron entre un 50 y un 85%, efectos comparables a la medicación hipolipidémica.
Queda patente que las hojas de moringa están cargadas de vitaminas, minerales, aminoácidos esenciales y más pero es al compararlo con otros alimentos cuando podemos hacernos una idea más real de sus valor nutricional. Así 100 gramos de hoja seca de moringa contienen:- 9 veces la proteína del yogurt
- 10 veces la vitamina A de las zanahorias
- 15 veces el potasio de los plátanos
- 17 veces el calcio de la leche
- 12 veces la vitamina C de las naranjas
- 25 veces el hierro de la espinaca
Cómo utilizar la Moringa
Del árbol de la moringa se aprovecha todo, desde las raíces hasta las flores pero se pueden utilizar de diferentes maneras. Los vainas, similares a las de los guisantes o las habas, se pueden comer cocidas; las semillas, parecidas también a los guisantes, se sacan de la vaina y se pueden tomar en crudo o tostadas como si fueran frutos secos o aperitivos, así o bien tostarlas; las hojas y las flores se pueden añadir a ensaladas en crudo, o cocerlas, y también se pueden hacer en batido; y las raíces se pueden moler y hacer infusiones.
Aunque cada vez más se pueden encontrar en herbolarios y tiendas de alimentos saludables, ecológicos y similares donde las venden en polvo para hacer en infusión o en barritas combinadas con otros vegetales y cereales.
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