¿Qué son y cómo funcionan los complementos alimenticios?

¿Qué son y cómo funcionan los complementos alimenticios?

El frenético ritmo de vida actual, dominado por los imposibles horarios de trabajo, no solo nos agota mentalmente sino que apenas nos deja tiempo para seguir unos hábitos saludables en cuanto a alimentación y ejercicio físico. Los mismos factores que causan el problema obstaculizan su resolución por lo que, en demasiadas ocasiones, dejamos que la impotencia nos venza a costa de deteriorar nuestra salud física y mental. Desde hace unos años, sin embargo, son muchas las personas que tratan de romper este círculo vicioso y ganar en calidad de vida valiéndose de los complementos alimenticios.

¿Qué son los complementos alimenticios?

Según se define en la norma europea que regula su comercialización, se trata de  “productos cuyo fin es complementar la dieta normal y consistentes en fuentes concentradas de nutrientes u otras sustancias con efecto nutricional o fisiológico”. Es decir, son compuestos de vitaminas, minerales aminoácidos y/o ácidos grasos esenciales que pueden mejorar nuestro bienestar general pero que, en ningún caso, sustituyen la ingesta normal de alimentos. De hecho, para que el empujón extra que otorgan a nuestro organismo se produzca es imprescindible que sean el acompañamiento de una dieta equilibrada y sana (rica en frutas, verduras, cereales y legumbres) y de una actividad física regular.

 

Estos productos se venden dosificados tanto en forma de comprimidos o cápsulas como en ampollas de líquidos y bolsitas de polvos en múltiples establecimientos, como farmacias o tiendas de productos naturales. También en Internet abundan las ofertas, pero la fiabilidad de muchas de ellas es escasa debido a que son promocionadas con publicidad engañosa que les atribuye funciones curativas o preventivas inexistentes. Informarse y buscar compañías avaladas como Farmadistrict.com, en las que la variedad de complementos alimenticios disponibles es pareja a la seguridad en la compra, es lo más recomendable.

¿Para qué sirven?

Al tratarse de preparados alimenticios, su composición adopta una fórmula específica según la necesidad que se pretende cubrir. A continuación, señalamos las tres más comunes.

Corrección de deficiencias en nutrientes

En ocasiones, seguir una dieta saludable resulta insuficiente debido a que nuestro organismo es incapaz de absorber correctamente los nutrientes presentes en la comida como consecuencia de problemas gastro-intestinales o intolerancias a determinados alimentos. Igualmente, hay ciertos grupos de población, como las personas mayores, embarazadas, mujeres lactantes o menopáusicas o quienes no se exponen lo suficiente a la radiación solar, que son más propensos a presentar determinadas carencias alimentarias. Para todas estas situaciones derivadas de problemas en el funcionamiento del metabolismo existen diversos complementos en el mercado.

Refuerzo energético e inmunológico

Los complementos alimenticios también pueden resultar de utilidad para enfrentar situaciones puntuales que exigen un mayor gasto energético a nuestro cuerpo, como periodos con elevados niveles de estrés o cuando sufrimos reiteradamente insomnio. Las sustancias enriquecidas en nutrientes presentes en los complementos contribuyen a superar el abatimiento, el cansancio y la apatía, pues robustecen y mejoran la calidad de nuestro sistema inmunológico y, por tanto, nos dan más vitalidad y energía.

Aliados en la actividad deportiva

Existen una serie de complementos destinados exclusivamente a quienes realizan deporte con una intensidad elevada. Su composición varía según la disciplina deportiva, el estilo de vida y el estado físico de quien los consume pero normalmente sus funciones se orientan a corregir los desequilibrios orgánicos provocados por entrenamientos duros o competiciones a través de un plus vitamínico que acelera la recuperación física.

¿Cómo se utilizan?

Las sustancias que contienen los complementos alimenticios tienen efectos biológicos en el organismo por lo que aunque no sean un medicamento deben tomarse con precaución. Además de leer atentamente las instrucciones dadas por el fabricante de cada producto, contenidas en la etiqueta, conocer cómo funcionan y en qué casos resulta más conveniente su consumo es fundamental para que puedas sacarles el mejor partido.

 

Por ello, debes consultar con un profesional médico qué cantidades y frecuencia son las apropiadas. Solo el establecimiento de un plan integral de tratamiento adaptado a cada caso particular garantizará que la ingesta de complementos no va a causar el efecto contrario al que perseguimos. No debemos obviar que si bien una dosis insuficiente puede resultar poco efectiva, un consumo abusivo o descontrolado de productos dietéticos puede ser perjudicial para la salud. En ese sentido, resulta imprescindible comunicar al endocrinólogo o a nuestro médico de cabecera la intención de tomar complementos alimenticios en una serie de casos:

-Si se está siguiendo algún tratamiento farmacológico o se está esperando una intervención quirúrgica, pues algunos complementos pueden aumentar el riesgo de sufrir una hemorragia y otros interfieren con anestesias y analgésicos.

-Si se padece alguna enfermedad o trastorno crónico.

-Si se está embarazada o es una mujer lactante.

-Si se es alérgico al gluten, pues muchos complementos pueden contener harinas de trigo, cebada, centeno y avena o productos derivados y no aparecer reflejado con claridad en la etiqueta.

Si crees que necesitas apoyo para aguantar las exigencias de tu día a día, las anteriores recomendaciones pueden ayudar a tu organismo a restablecer su equilibrio físico y su armonía emocional. Recuerda que ganar en salud es ganar en calidad de vida.

Luis Javier: