El mundo del running vive unos momentos de explosión comercial por el aumento exponencial de usuarios que practican este cómodo, sencillo y saludable deporte y en lo relacionado a asuntos de la pisada, con la dicotomía sobre si se es pronador o supinador, más aún. Es por ello que las casas comerciales han visto un filón de ingresos en la equipación deportiva que lo rodea, y más en concreto en la prenda estrella: las zapatillas de running.
Pero que eres, ¿¿supinador o pronador?? Es importante aclarar que para corregir, tratar o compensar cualquier deformidad del pie, ya sea el exceso de supinación o de pronación, hay que ir a la consulta de un podólogo deportivo especialista en el análisis de la pisada, para que sea él quién nos diagnostique y nos trate si es necesario, pues no todas las pronaciones o supinaciones hay que tratarlas.
Por poner un ejemplo, la pronación es el mecanismo natural por el que el cuerpo amortigua el impacto contra el suelo. Y aquellas que si que hay que tratar, se hará con unas plantillas ortopédicas a medida, mejor que con cualquier tipo de zapatilla, que por mucho que sea antipronación o antisupinación, no dejan de ser estándar. La zapatilla running a usar por tanto ha de ser siempre neutra.
A continuación se enumeran una serie de signos y síntomas que nos deben hacer pensar que somos pronadores o supinadores y por lo tanto, pensar en pedir consulta con un especialista:
1. En cuanto al desgaste o deformidades de las zapatillas:
- Exceso de deformidad en el material de los laterales de la zapatilla: supinador.
- Excesivo desgaste de la suela a nivel del tacón, tanto por externo como por interno: supinador o pronador, respectivamente.
- Rotura del material que recubre los laterales del tobillo de la zapatilla: supinador.
2. En cuanto a la sintomatología que pueda presentar el pie:
- Sobrecargas del tejido lateral interno de nuestros tobillos: pronador.
- Esguinces de tobillo repetidos: supinador.
- Fascitis plantares recurrentes: pronador.