Tipos de penes más habituales

Existen muchos tipos de penes, según atendamos a la forma, el tamaño o la funcionalidad. Una buena manera de documentarse es visitar la faloteca, el museo más grande dedicado al pene del mundo, en Islandia. Pero si no estáis por la labor de viajar, aquí os damos unas pinceladas sobre los tipos más habituales de pene.

1. Según la forma

Generalmente se diferencia entre pene plátano, cono, champiñón, curvo y lápiz. El primero tiene el glande y la base más estrechos que el centro, algo que provoca que la penetración sea más placentera. En el caso del pene cono, el pene es más ancho en la base y se va estrechando hacia el glande y parte superior. Se supone que este tipo es especialmente placentero para las mujeres en la posición de perrito.

Finalmente, son más habituales el pene curvo y el lápiz. En el caso del primero, tiene una curvatura en cualquiera de las direcciones, algo que puede facilitar la estimulación del punto G. El lápiz es fino y uniforme, y el tamaño del glande y el tronco son iguales. Es un pene que se adapta a todas las posiciones y, aunque puede estimular menos en el coito vaginal, es perfecto para el sexo anal. El tipo champión es una variación del lápiz, ya que tiene la base y el cuerpo estrechos y la punta muy prominente y ancha.

2. Según el tamaño
En Salud Envidiable ya comentamos que hay varios tamaños típicos de pene aunque casi todo el mundo se encuentra en valores cerca de la media. En cualquier caso, se puede distinguir entre micropene (menos de unos 7cm en erección), pene de tamaño "normal", y macrofalos (más de 22cm en erección).

3. Según la funcionalidad
Sí, todos sirven un poco para lo mismo. Pero se puede distinguir entre aquellos penes que son relativamente pequeños en flacidez pero crecen mucho en erección (penes "sorpresa") y aquellos que cambian poco: son más grandes cuando están flácidos pero apenas crecen unos centímetros en la erección.

Las combinaciones entre estos factores pueden dar muchos tipos de penes. Por ejemplo, un pene de tipo cono y algo curvilíneo, de tamaño normal y con gran diferencia entre la flacidez y la erección. En cualquier caso, cada uno tiene lo suyo y hay que saber valorarlo positivamente.